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Así es Bobi, el perro más viejo del mundo
Se llama Bobi, vive en Portugal y ya es oficialmente el perro más viejo del mundo. Con 31 años recién cumplidos, este incombustible mastín portugués ha superado el anterior récord que ostentaba Bluey, un pastor ovejero australiano que murió a los 29 y del que te hablamos en nuestro artículo sobre los perros que viven más tiempo.
Bobi, que acaba de recibir un merecidísimo récord Guinness por su increíble longevidad, ya ha superado la edad media de un perro de su raza en aproximadamente 16 años. Es decir, ha vivido más del doble de tiempo de lo que suelen hacerlo estos canes. ¡Realmente impresionante!
Si utilizásemos el método tradicional para calcular los años humanos que tiene un perro (aunque los científicos que recientemente desarrollaron esta nueva fórmula no están muy de acuerdo con él), Bobi tendría nada menos que 217 años.
Además, y aunque suene a tópico, el increíble Bobi tiene un aspecto sorprendentemente saludable teniendo en cuenta su más que venerable edad. Este mastín portugués lleva ya tres décadas viviendo junto a sus dueños en el pueblo luso de Conqueiros y, por lo que parece, aún seguirá allí durante un tiempo.
¿Cómo ha llegado Bobi a una edad tan avanzada?
¿Cuál es el secreto que te lleva a convertirte en el perro más viejo del mundo? Es difícil de decir, pero sus dueños lo tienen claro: mucho ejercicio, buena alimentación, agua en abundancia (un litro al día, por lo menos) y una ración diaria de mimos.
Curiosamente, los comienzos de Bobi fueron muy accidentados. Tal y como cuenta su dueño, Leonel Costa, Bobi fue el único superviviente de su camada: sus hermanos fueron enterrados en un hoyo por el padre de Leonel, para sacrificarlos, y el pequeño Bobi sobrevivió gracias a que se escondió en una caseta.
Leonel, que era solo un niño de 8 años, encontró a Bobi y cuidó de él hasta que se vio obligado a revelarle su existencia a sus padres. Y en ese momento Bobi pasó a formar parte de la familia… hasta hoy, más de 30 años después.
En la extraordinaria longevidad de Bobi seguramente juega un papel fundamental su buena genética. De hecho, el can luso procede de una familia que también ha dado otros perros de larga vida. La propia madre de Bobi, Gira, llegó a los 18 años.
Inevitablemente, Bobi ya sufre ciertos achaques debido a la edad. Según explica su dueño, el perro está casi ciego y no es raro que se choque con los obstáculos de la casa. Sin embargo, sigue disfrutando de las tardes junto al fuego de la chimenea tal y como lo ha hecho siempre.
Fuente: 20 minutos.
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