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Una reciente investigación nos habla sobre las mascotas en el Antiguo Egipto
El amor por las mascotas es algo que comparten todas o prácticamente todas las culturas del mundo, incluidas las que ya no existen. El Antiguo Egipto, sin ir más lejos, es un buen ejemplo de una sociedad en la que los animales eran apreciados, queridos e incluso reverenciados.
De hecho, y tal y como señala la egiptóloga pakistaní Salima Ikram en su investigación Muerte y enterramiento en el Antiguo Egipto (2022), hasta nuestros días ha llegado una gran cantidad de momias de animales. Son tantas que superan a las momias humanas por varios millones.

No todos los animales conservados para la eternidad eran realmente mascotas, es cierto. Por ejemplo, han llegado hasta nosotros muchos animales de ganado, que presumiblemente servirían de despensa para el difunto en el más allá. También animales sagrados que quizás eran objeto de veneración u ofrendas para los dioses.
Sin embargo, las momias de animales más interesantes son las de las mascotas del Antiguo Egipto. Se trata de millones de perros y gatos que los egipcios se llevaban con ellos a la tumba con la esperanza de seguir disfrutando de su compañía en la otra vida.
En Egipto se han encontrado millones de momias de animales, muchas más, en comparación, que momias humanas. Las hay de animales de ganado, pero también, y sobre todo, de mascotas cuyos dueños quisieron llevarse consigo a la otra vida.

Los egipcios amaban a sus mascotas igual que nosotros… o quizás más
Las mascotas en el Antiguo Egipto eran, sin lugar a duda, tan queridas como lo son en la sociedad moderna. Los egipcios no solo las momificaban, sino que también se retrataban con ellas en sus tumbas. En ocasiones incluso les dedicaban sepulcros particulares con ricos ajuares.
(Por cierto, si a ti también te encantan los animales y el Antiguo Egipto, échale un vistazo a esta selección de 200 nombres egipcios para gatos 😉).
A pesar de la tradicional vinculación entre los egipcios y los gatos (que eran considerados sagrados), parece ser que los perros eran los mejores amigos del hombre ya en aquella época.

Tanto es así que, según lo que nos contó el historiador griego Heródoto en el s. V a. C., cuando un egipcio perdía a su perro, se afeitaba todo su cuerpo en señal de duelo y para expresar su dolor. En cambio, el dueño de un gato en la misma situación solo se afeitaba las cejas.
Parece ser que los perros eran los mejores amigos del hombre ya en la tierra de los faraones. Cuando un egipcio perdía a su perro, se afeitaba todo el cuerpo en señal de duelo.
El primer perro de la historia con nombre propio
El primer perro de la historia al que conocemos por su nombre fue precisamente egipcio: Abutiu, que perteneció a un faraón de la VI dinastía (¡hace más de 4.000 años!). Su dueño le proporcionó un enterramiento por todo lo alto, con los más elaborados lujos y materiales de primera calidad. Resulta curioso que conozcamos el nombre del perro, mientras que el de su dueño se ha perdido en la historia.
Cabe mencionar, por último, que las mascotas en el antiguo Egipto no eran solo perros y gatos. Babuinos, patos o gacelas, por ejemplo, son otros animales que los egiptólogos se han encontrado en enterramientos que tenían como objetivo llevarlos a la otra vida.
Al final, para los egipcios la existencia terrenal no era más que una etapa un viaje más largo. Y resulta llamativo y conmovedor comprobar que amaban tanto a sus compañeros animales que deseaban pasar todas las etapas de ese viaje, quizás toda una eternidad, a su lado.
Y a ti, ¿no te gustaría que tu peludo pudiera vivir para siempre contigo?
Fuente: La Vanguardia.
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