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La historia de Sam el Insumergible, uno de los sucesos más impactantes de la IIGM
La de Sam el Insumergible, un gato que participó en la II Guerra Mundial, es probablemente una de las historias más curiosas y sorprendentes del conflicto. Este indomable felino fue la mascota de nada menos que tres buques de guerra -uno alemán y dos aliados- y sobrevivió de forma milagrosa al hundimiento en combate de todos ellos.

Sam el Insumergible durante la guerra
El nombre original de este felino era Klaus. Vivía en los muelles de Gotenhafen (Alemania en aquella época y actualmente en Polonia) hasta que lo adoptaron los marineros del acorazado alemán Bismarck.
En el ambiente difícil y con escasas distracciones de un buque de guerra, Klaus pronto se convirtió en objeto de las atenciones y mimos de toda la marinería.

La alegría del felino duraría poco, ya que el Bismarck se fue a pique el 27 de mayo de 1941 tras una dura batalla en alta mar contra varios buques británicos.
De los 2200 tripulantes del enorme buque solo sobrevivieron 114, que fueron recogidos por el destructor aliado HMS Cossack. Juntos a ellos se rescató también el propio Klaus, que estaba flotando sobre un tablero en el mar. Los marineros británicos bautizaron al gato como Oscar.

En el HMS Cossack, Klaus, ahora Oscar, pasó 5 meses tranquilos y placenteros hasta que el barco fue hundido por el torpedo de un submarino alemán, el 24 de octubre de 1941.
La explosión destrozó todo el tercio delantero del navío y mató a 159 hombres, pero Oscar salió indemne. Tras eso, lo trasladaron al portaaviones británico HMS Ark Royal. Allí lo rebautizaron de nuevo, en esta ocasión, y ya de forma definitiva, como Sam.
Por desgracia, la historia se repitió para el gato ahora llamado Sam. El 14 de noviembre de ese mismo año, solo un mes después, el HSM Ark Royal fue hundido por el torpedo de otro submarino alemán, el U81. El barco se fue a pique muy lentamente, lo que permitió salvar a toda la tripulación salvo a un hombre.
A Sam lo encontraron flotando sobre una tabla y, curiosamente, sus rescatadores describieron su estado como “furioso, pero ileso”.

La jubilación de Sam el Insumergible tras sobrevivir a tres naufragios
Ese fue (afortunadamente) el final de la carrera militar del gato, al que ya empezaban a apodar Sam el Insumergible (Unsinkable Sam en inglés). El Almirantazgo británico, conmovido por las duras experiencias que había pasado el animal, decidió licenciarlo.
Tras pasar por varios destinos en tierra, Sam el Insumergible finalmente acabó en una residencia para marineros en Belfast (Irlanda del Norte). Allí siguió viviendo plácidamente durante nada menos que 11 años: sin duda, un retiro ganado a pulso.
Sam el Insumergible murió en 1955. Hoy en día, un retrato pintado por la artista Georgina Shaw-Baker y llamado “Oscar, the Bismarck’s Cat” puede verse en el Museo Marítimo Nacional de Greenwich, en Inglaterra. A diferencia de la mayor parte de las historias de guerra, la de Sam, por suerte, tuvo un final feliz.
Fuente: El Correo de Andalucía.
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