INDICE
Las terapias con animales: peludos capaces de cambiar vidas
Las terapias con animales son cada vez más frecuentes en la lucha contra el Alzheimer, una enfermedad neurodegenerativa que por desgracia no tiene cura, pero cuyos enfermos pueden, con el tratamiento adecuado, disfrutar de una mayor calidad de vida durante más tiempo. Es ahí donde los peludos tienen mucho que decir.
Tal y como Maribel Vila, Técnico de Terapia Asistida con Animales, cuenta en El Diario, las terapias asistidas con animales son uno de los tratamientos no farmacológicos más beneficiosos que existen para los enfermos. El uso de animales puede no solo mejorar la situación de un enfermo a nivel emocional, sino también retrasar los peores efectos psicológicos y físicos del Alzheimer. Tanto es así que el número de residencias y centros que ofrecen este tipo de terapias no para de crecer año tras año.
No hay que olvidar que incluso el simple hecho de acariciar a un perro aporta numerosos beneficios e incluso previene problemas como la ansiedad y la depresión.

Los perros de terapia, animales realmente especiales
Para que las terapias con animales sean efectivas se necesitan dos factores: profesionales con sensibilidad y formación, en primer lugar, y animales adecuados para la tarea.
Los perros de terapia son seleccionados cuidadosamente y adiestrados durante un período que puede durar unos seis meses. Es importante, en cualquier caso, que cuenten también con una serie de cualidades innatas: gusto por el contacto con las personas, capacidad de trabajo, carácter previsible y, por supuesto, buena salud.
Los perros de terapia son adiestrados durante un período de seis meses. Se escogen animales sanos que de forma natural tengan capacidad de trabajo, carácter equilibrado y previsible y gusto por la compañía humana.

Beneficios del uso de animales en las terapias contra el Alzheimer
El uso de animales con los enfermos de Alzheimer implica una mejora significativa para ellos a tres niveles: físico, cognitivo y emocional.
- Mejora física: muchos pacientes con Alzheimer que normalmente no ven motivos para intentar moverse recuperan las ganas por querer estar con el perro para acariciarlo o cepillarlo. Con la excusa del juego, los enfermos trabajan su motricidad sin darse cuenta.
- Mejora cognitiva: de nuevo, el juego centrado en el perro es la clave. Los enfermos aprenden los nombres de los perros, su edad, color, etc. Después los profesionales les preguntan esos datos organizando actividades como, por ejemplo, pasarse una pelota los unos a los otros.
- Mejora emocional: muchas de las personas que sufren de Alzheimer pueden haber convivido con animales en el pasado, y los perros de terapia les despiertan muchos recuerdos y emociones positivas. Los animales también ayudan a generar conversaciones entre ellos y se convierten en un vehículo para que los enfermos, que en circunstancias normales quizás no se comunicarían, hablen entre ellos.
Los pacientes que normalmente no se moverían recuperan la motivación gracias al perro: quieren acariciarlo, cepillarlo, aprender cosas sobre él, etc. Sin darse ni cuenta, acaban trabajando a nivel físico, cognitivo y emocional.

Las terapias con animales son, en suma, muy útiles y una forma muy hermosa de ayudar a estas personas, además de potenciar su autoestima y hacer que vean que aún son capaces de responsabilizarse de ciertas cosas.
Una buena prueba de los vínculos que se establecen con estos animales es lo que señala la terapeuta en su testimonio: en ocasiones, al regresar a un centro un año después, el enfermo no se acordaba de su nombre, pero sí recordaba perfectamente el del perro.
Fuente: El Diario.
_______
Otras noticias recientes:
- Las protectoras alertan: la inflación está haciendo que aumente el número de animales abandonados.
- El lince ibérico, más cerca de su salvación.