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¿Cómo es la primera noche de un perro adoptado?
La primera noche de un perro adoptado siempre suele ser complicada, independientemente de cuál sea su edad, carácter o procedencia.
No hay que confundirse: muchos perros se pasan años dentro de una jaula esperando a que una familia se interese por ellos, por lo que la adopción siempre es, sin duda, una acción positiva. No obstante, y como vamos a ver, en estas situaciones inevitablemente hacen falta mucha paciencia y cariño, ya que el cambio de ambiente, personas y costumbres puede resultar muy desconcertante para el perro.
En definitiva, la adopción es un cambio a mejor, el comienzo de una historia que enriquecerá enormemente tanto tu vida como la del perro, pero las primeras horas y días pueden ser un poco difíciles.
Para ayudarte a que la llegada de este nuevo miembro de tu familia vaya lo mejor posible, te traemos esta guía para la primera noche de un perro adoptado: vamos a contarte todo lo que deberás preparar y lo que puedes esperar del perro. También te daremos varios consejos que creemos que te serán muy útiles para ayudar a tu nuevo amigo a adaptarse a su nuevo hogar. ¡Vamos allá!

Todo lo que debes preparar para la primera noche de un perro adoptado
Antes de hablar de la primera noche de un perro adoptado, es importante repasar todo lo que deberías tener preparado antes de su llegada. Así te evitarás las carreras y las compras de última hora, que pueden ser doblemente complicadas si ya tienes contigo a tu nuevo amigo.
Para cuando tu perro recién adoptado llegue a casa, deberías tener:
- Comedero y bebedero para casa. Te sugerimos que sean de acero inoxidable y con base de goma para evitar roturas, vuelques y resbalones. Dependiendo de la edad y carácter de tu nuevo perro, quizás te interese comprar algún comedero especial como, por ejemplo, un comedero elevado para perros ancianos (que a menudo tienen problemas de cervicales) o un comedero con espirales y relieves para que los perros ansiosos coman más lentamente.
- Comedero y bebedero portátiles para vuestras futuras excursiones. Encontrarás muchos modelos resistentes, ligeros y fáciles de transportar.
- Comida para el perro. Procura, de nuevo, que sea comida de primera calidad adaptada a las características específicas de tu perro (edad, enfermedades, etc.). Si prefieres apostar por la comida natural, échale un vistazo a nuestro artículo sobre la dieta BARF para perros.
Antes de la primera noche de tu perro adoptado, prepara una lista con todo lo que necesitarás y cómpralo con cierta antelación: comedero, bebedero, arnés, comida…

- Snacks para perros. Te serán muy útiles como premios, a modo de refuerzos positivos, cuando empieces a adiestrar a tu perro.
- Cama para el perro. Encontrarás muchos modelos diferentes, por lo que elegir una u otra dependerá de tus preferencias. En cualquier caso, la cama debería ser de calidad, cómoda y mullida, y un poco más grande que el perro para que pueda tumbarse con comodidad. Es muy recomendable que la cama sea nueva, sin olores de otros perros.
- Collar, correa y arnés. Estos tres accesorios serán imprescindibles para sacar a tu perro a pasear. Si tu nuevo peludo es uno de los considerados por la ley como Perros Potencialmente Peligrosos o PPP también necesitarás un bozal. Y si es especialmente nervioso o no sabe pasear con correa, consulta nuestra selección de arneses antitirones para perros.

- Juguetes. Es muy recomendable que compres juguetes con los que tu perro pueda descargar su ansiedad (mordedores, kongs…) y, llegado el momento, mantenerse estimulado a nivel mental. Te recomendamos consultar nuestra guía sobre juguetes interactivos para perros.
- Bolsas de excrementos. Deberás sacar a tu nuevo perro al menos 3 veces al día, como ya sabes, y en cuanto aprenda a hacer sus necesidades en la calle las bolsas de plástico para recoger los excrementos se convertirán en tus mejores aliadas.
- Artículos de higiene. Es decir, peine, cepillo y champú para perros. Si tu nuevo amigo llega muy sucio del refugio es posible que debas utilizarlos nada más llegar a casa. Ten en cuenta que algunos canes pueden tener necesidades de higiene especiales, como, por ejemplo, los perros con pelo largo o, en el extremo contrario, los perros sin pelo.

¿Qué puedes esperar de un perro recién adoptado?
Solemos repetir que cada perro es un mundo y, por supuesto, eso también se aplica a los canes recién adoptados.
Los perros que vienen de un refugio a menudo han vivido experiencias traumáticas, como maltratos o abandonos (incluso abandonos sucesivos), pero no todos reaccionan de la misma manera. No es raro que algunos perros se vuelvan tímidos o miedosos, pero es importante no empezar con ideas preconcebidas. Como decimos, cada perro es diferente, por lo que no des por sentado que un perro que proceda de un refugio será problemático.
Dicho eso, es normal que muchos perros recién adoptados se muestren un poco desconcertados o desconfiados al principio, incluso aunque no hayan vivido experiencias difíciles. La adopción implica para ellos un cambio brusco a todos los niveles, por lo que lo que más necesitarán al principio es sentirse seguros. Con la seguridad, la confianza llegará poco a poco.
Muchos perros han pasado por experiencias traumáticas, pero no todos reaccionan a ellas de la misma forma. Cada perro es diferente y tiene su propio carácter.

Es muy importante también que seas paciente y nunca fuerces a tu nuevo perro en ningún sentido. Al principio necesitará sentir que tiene su espacio. Así pues, deja que sea siempre él quien marque los ritmos en cuanto los acercamientos (atento a los gruñidos y otras señales de advertencia), las presentaciones con otros animales o personas de la casa, la recepción de caricias, etc.
Antes de adoptar a un perro, de todos modos, será muy importante que te informes hasta donde sea posible sobre su carácter, experiencias previas y posibles miedos. Eso te ayudará no solo a facilitar su proceso de adaptación, sino también, si fuera necesario, a trabajar mejor junto con un adiestrador o etólogo canino.

Claves para que la primera noche de un perro adoptado vaya lo mejor posible
Veamos ahora cómo conseguir que la primera noche de un perro adoptado vaya bien: te contamos cómo debería ser el proceso desde que el peludo llegue a tu casa hasta que llegue el momento de iros a dormir.
Recuerda, en cualquier caso, que estas son indicaciones generales que deberás adaptar a las características particulares de tu nuevo perro. Es importante señalar, eso sí, que todos los perros adoptados, sean cuales sean su edad o experiencias previas, se acabarán adaptando a una nueva vida. Pueden tardar más o menos, necesitar un trabajo más o menos intenso, pero con cariño y perseverancia lo conseguirás.
Todos los perros, sea cual sea su pasado, pueden acabar acostumbrándose a su nueva vida. Algunos necesitan más trabajo, paciencia y cariño que otros, pero lo conseguirán.

1. La llegada a casa
Nada más entrar en casa, permite que tu perro recién adoptado explore toda la vivienda. Seguramente pasará un rato yendo de aquí para allá, incluso correteando, y olisqueándolo todo.
Es normal: está conociendo, a su manera, el que será su nuevo hogar. Puedes hacer la visita llevándolo con la correa de habitación en habitación o, si le ves tranquilo y te sientes seguro, dejándolo a su aire.

Cuando se tumbe a descansar, respeta su espacio y procura no agobiarle en exceso. Como te decíamos antes, deja que sea él quien marque los tiempos y evita los juegos violentos o buscarle constantemente para acariciarle.
Si tienes otro perro en casa, haz la presentación con calma, manteniendo a ambos perros sujetos con la correa. Deja que se huelan y empiecen a establecer poco a poco sus propias dinámicas. Durante los siguientes días deberás mantenerte atento siempre que interactúen por si surgieran problemas.

2. Fija las normas de convivencia desde el principio (pero sé paciente)
Es importante dejar claras desde el principio las cosas que no quieres que tu perro haga en casa, los lugares en los que prefieres que no entre, etc.
No hablamos ya de orinar o defecar dentro de casa (un tema con el que también deberás tener cuidado y para el que te recomendamos consultar nuestro artículo cómo enseñar a un cachorro a hacer sus necesidades en la calle), sino de cuestiones como encaramarse a la cama o al sofá, subirse encima de ti, pedir comida de forma insistente, etc.
Deja claro lo que tu perro puede y no puede hacer desde el principio, pero no ten manga ancha y mucha paciencia durante los primeros días. Marca tus normas, pero ponle las cosas fáciles al perro.

Cuando tu perro intente hacer algo que no quieras, corrígelo con mucha suavidad, pero no te enfades ni le riñas. Las regañinas nunca aportan nada positivo en el adiestramiento de un perro y mucho menos en su primer día: el animal podría llegar a cogerte miedo.
Ya habrá tiempo de corregir con más firmeza y constancia los comportamientos que no te gusten. Durante los primeros días no los permitas, pero tampoco te centres demasiado en ellos: tu perro estará descolocado, todo será nuevo para él, por lo que es normal que experimente por toda la casa, que no atienda demasiado e incluso que tenga “escapes”. En definitiva, marca tus normas, pero ponle las cosas fáciles.

3. Cansa al perro tanto como sea posible
Un perro cansado es normalmente un perro más apacible. Por eso, es recomendable que vuestro último paseo del primer día, antes de ir a dormir, sea largo e intenso.
Procura ejercitar al perro todo lo que puedas para que llegue a casa no solo con la vejiga vacía, sino lo suficientemente cansado como para que las ganas de dormir pesen más que la excitación, y facilitar así que pase una noche tranquila.
En general será buena idea que durante los primeros días lo saques a la calle a menudo, unas 4 o 5 veces, no solo para mantener controlada su energía, sino también para que conozca su nuevo entorno más allá de la casa. Permítele que se pare siempre donde quiera y que olfatee y explore a conciencia: todo ello lo relajará y facilitará su proceso de adaptación.

4. Dónde colocar su cama
Antes hemos hablado de la compra de la cama del perro, pero la de dónde ubicarla es una cuestión incluso más importante.
Te recomendamos ponerla en un sitio desde el que el perro pueda tener siempre contacto visual contigo, tanto durante el día como a la hora de dormir. De hecho, puede ser buena idea tener no una, sino dos camas: una en el salón, por ejemplo, y otra en el dormitorio.
Es probable que al principio, buscando seguridad, el perro se aposente en la cama y simplemente se quede ahí, sin hacer nada más. Recuerda: no le fuerces ni vayas a buscarlo. Deja que sea él quien decida cuándo ha llegado el momento de moverse.
Si el perro viene de un refugio probablemente estará acostumbrado a dormir siempre acompañado de otros perros. Por eso es importante que mantengáis el contacto también durante las horas de dormir, sobre todo los primeros días.
Los perros que provienen de refugios suelen estar acostumbrados a dormir acompañados. Si pones la cama de nuevo perro cerca de la tuya, en un lugar desde el que pueda verte, lo agradecerá.

5. Una buena cena
Antes del último paseo del día, puede ser un buen truco ofrecerle a tu nuevo perro una buena cena a base de pienso, quizás con un poco de comida húmeda para que sea más apetecible. Si el perro tiene ansiedad por la comida, procura no dárselo todo de golpe, sino en dos o tres tomas.
Esa cena especial no solo servirá como refuerzo positivo, sino que hará que el perro se vaya a la cama con el estómago lleno y, por lo tanto, se sienta menos inquieto durante la noche.

6. El momento de la tranquilidad
Aquí es donde empieza realmente la primera noche de un perro adoptado. No olvides darle un último paseo antes de iros a la cama para que empiece la noche con sus necesidades hechas y, una vez en casa, evita los juegos y sobresaltos. Dale caricias y mímalo si lo pide, pero, por lo demás, procura que se quede relajado y se prepare para dormir.
Es probable que lo escuches moverse por la casa o llorar en algunos momentos de la noche. Si sucede esto último, reprime el impulso de ir a consolarlo: tiene que empezar a hacerse poco a poco a su nueva situación y no es buena idea acostumbrarlo a que siempre que llore, aunque sea de madrugada, recibirá atención.

Incluso aunque el perro sea adulto y ya esté educado, puede que a la mañana siguiente te encuentres heces u orina en algún rincón de la casa. No le riñas: recuerda que está solo, sin comprender nada y en un sitio completamente nuevo. De nuevo, ármate de paciencia, limpia lo que haya dejado y no le digas nada.