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Qué comen los gatos: todo lo que debes saber sobre alimentación felina
No cabe duda de que saber qué comen los gatos y qué no es importante para poder ofrecerles una alimentación equilibrada que satisfaga todas sus necesidades y reduzca las posibilidades de que sufran problemas de salud.
Muchas personas dudan sobre si los perros son carnívoros u omnívoros (ni lo uno ni lo otro: en realidad son carnívoros facultativos u oportunistas), pero con los gatos suele estar más claro. Los felinos son animales básicamente carnívoros y la base de su dieta deberían ser siempre las proteínas y grasas de origen animal: carne y pescado.
Esto no significa que el gato no pueda comer nada más, como veremos en este artículo, pero desde luego que la carne debería constituir la mayor parte de su alimentación.
Como decimos, esto suele estar claro, pero aún hay muchas dudas sobre la alimentación de los gatos. Por ejemplo: ¿realmente les encanta la leche? ¿Prefieren el pescado a la carne? ¿Un ratón es el mejor manjar del mundo para un felino?
En este artículo vamos a responder a la pregunta de qué comen los gatos de forma extensa: aquí tienes una guía completa y accesible sobre alimentación felina que despejará todas tus posibles dudas. ¡Vamos allá!

¿Qué comen los gatos en estado salvaje?
Los gatos salvajes, antecesores de los gatos domésticos, son eficaces cazadores que se alimentan de pequeñas presas de todo tipo: roedores, conejos y otros mamíferos, pájaros, reptiles, anfibios, insectos… la base de su alimentación es, pues, la carne.
De forma ocasional, los gatos salvajes también comen plantas y frutos. Cuando viven cerca de asentamientos humanos (o dentro de ellos, como es el caso de los gatos callejeros), añaden los restos de nuestra comida a su dieta.

¿Qué comen los gatos caseros?
A diferencia de los perros, a los que hemos seleccionado de forma intensiva para potenciar ciertas características deseables (obediencia, fuerza, belleza, etc.), los gatos domésticos actuales son muy parecidos a sus antepasados salvajes.
El aparato digestivo de los gatos apenas ha cambiado en miles de años, por lo que la alimentación que necesitan los felinos domésticos es muy similar a la de los que viven en estado salvaje.
Como te contamos en nuestro artículo sobre curiosidades de los gatos, los felinos llevan a nuestro lado alrededor de 9.500 años… y eso no es tanto tiempo: el perro fue domesticado hace entre 15.000 y 30.000 años.
Esto significa que el aparato digestivo de los gatos no ha evolucionado, por lo que la alimentación de los felinos caseros en realidad ha de ser similar a los salvajes. Como ya señalábamos líneas arriba, las proteínas (50-60%) y grasas de origen animal (30-50%) deben constituir siempre la mayor parte de su dieta, incluso en una proporción mayor que en el caso de los perros.
La ternera, el buey, el cordero, carnes de ave como el pollo, el pavo o el faisán y pescados como el salmón, la trucha y pescados blancos son excelentes alimentos para un gato.

De hecho, son los componentes principales de la mayoría de los piensos y comidas húmedas que pueden adquirirse en el mercado, normalmente junto con otros alimentos que los gatos también pueden comer (de los que hablaremos enseguida) como verduras, arroz, avena, harinas
Más allá de las proteínas y grasas, una alimentación equilibrada para un gato también ha de incluir cierta cantidad de carbohidratos, vitaminas, minerales, ácidos grasos y aminoácidos.
Tomando esto como base, hay dos cuestiones que es importante tener en cuenta:
- Cada gato tiene sus propios gustos, que pueden ser muy diferentes de los que verás en otros felinos. Puede que a tu gato le encante la verdura o, por el contrario, que no quiera saber nada de ella. No fuerces a tu felino a comer nada que le disguste y, en general, ten siempre presente que el objetivo es proporcionarle una dieta variada y equilibrada.
- Ciertos gatos pueden tener necesidades nutricionales especiales, como veremos más adelante. Cachorros, gatos mayores, esterilizados y los que sufran algún tipo de enfermedad son, particularmente, los que deberán tener una alimentación más específica y controlada.

La alimentación del gato: todo lo que debes tener en cuenta
Ahora que ya sabes, a nivel general, qué es lo que comen los gatos, vamos a hablar sobre qué tipos de comidas son las más recomendables, qué alimentos están totalmente prohibidos para estos animales y otras cuestiones de interés como la frecuencia de alimentación y las cantidades.
Las dos grandes alternativas para alimentar a un gato son el pienso y la comida húmeda. No son mutuamente excluyentes y, de hecho, es deseable combinarlos.
Alimentos que comen los gatos: ¿qué opciones hay?
Cuando se trata de alimentar a un gato, existen dos grandes alternativas: el pienso y la comida húmeda.
Lo más importante, de entrada, es entender que el pienso y la comida húmeda no son mutuamente excluyentes, sino que es posible (y recomendable) combinarlos en una dieta equilibrada para el gato.
Vamos a ver cómo es cada uno de estos dos tipos de comida para gatos y qué ventajas e inconvenientes presentan.

1. Pienso para gatos
El pienso para gatos, que normalmente se vende en bolsas, es una comida seca, ya que durante el proceso de preparación se extrae la humedad de los ingredientes para que se conserven en buenas condiciones durante más tiempo.
Es fácil de almacenar, administrar y servir. Como su olor es más suave y aguanta mucho tiempo sin echarse a perder, puedes dejarlo en el plato del gato durante todo el día para que se vaya alimentando cuando lo desee en pequeñas tomas. Es una pauta de alimentación que se corresponde mejor con los hábitos naturales de estos animales.
Su principal inconveniente es que apenas aporta hidratación, lo que, unido a la tendencia que tienen muchos gatos de evitar el bebedero (pues los gatos salvajes originalmente obtenían la mayor parte del agua directamente de los cuerpos de sus presas), puede hacer que tu felino esté infrahidratado y, a la larga, sufra problemas renales o estreñimiento.

2. Comida húmeda para gatos
La comida húmeda para gatos se vende en latas, tarrinas o pequeñas bolsas. Como su propio nombre indica, tiene un contenido de agua muy elevado, por lo que ayuda a mantener al gato bien hidratado.
Normalmente la comida húmeda suele resultar muy estimulante para los gatos, ya que su olor y sabor son mucho más fuertes que los del pienso.
Como inconveniente, cabe mencionar que no es aconsejable dejar la comida húmeda en el plato del gato durante horas. Deberás darle a tu gato la ración justa en cada ocasión y controlar tú los tiempos entre las tomas.
Existe el mito de que la comida húmeda para gatos es más calórica que el pienso, pero esto no siempre es verdad: todo depende las cantidades y los ingredientes. De hecho, la comida húmeda tiene un mayor efecto saciante que el pienso, por lo que en algunos casos puede ser recomendable para gatos con problemas de obesidad o ansiedad por la comida.
La comida húmeda suele considerarse más calórica que el pienso, pero eso no siempre es verdad: todo depende de las cantidades y los ingredientes.

3. Alimentación mixta para gatos: combinando el pienso y la comida húmeda
No hay ningún problema en combinar el pienso y la comida húmeda, y esa es, de hecho, la opción más recomendable para la mayor parte de los gatos (aunque recordemos de nuevo que cada felino tiene sus propios gustos y manías).
Si se controlan las cantidades y el aporte de nutrientes, combinar comida seca y húmeda le aportará al gato tanto un mayor nivel de hidratación como cierto nivel de variedad en su dieta, en cuanto a sabores y texturas.
En el caso de que tengas dudas sobre en qué proporción mezclar estos dos tipos de comida, o cuál elegir para tu gato, consulta siempre con tu veterinario. Además, recuerda siempre que los cambios de alimentación no deben realizarse de golpe, sino progresivamente y a lo largo de varios días.

Qué NO comen los gatos: 8 alimentos prohibidos para gatos
Ya decíamos que, de la misma forma que es importante saber qué comen los gatos, también hay que tener claro qué no pueden comer bajo ningún concepto.
No hay que olvidar que su organismo en general y su sistema digestivo en particular son muy diferentes de los nuestros. Un alimento que a nosotros nos siente bien puede perfectamente ser perjudicial para ellos.

Así pues, toma nota: estos son los 8 tipos de alimentos prohibidos para gatos:
- Chocolate. Es tóxico tanto para los gatos como para los perros debido a la teobromina, una sustancia que sus organismos no metabolizan. Puede ser letal incluso en pequeñas cantidades. También está presente en el café y el té.
- Sal, azúcar y edulcorantes. Todas estas sustancias pueden causar diversos problemas de salud a los gatos: pancreatitis, vómitos, complicaciones digestivas, etc.
- Leche y productos lácteos. No, ponerle a un gato un plato de leche no es buena idea, ya que a medida que crecen, los felinos se vuelven intolerantes a la lactosa.
- Pescado con espinas o carne con huesos. No son tóxicos, pero las espinas y los pequeños huesos pueden hacer mucho daño al gato si se los traga directamente.
- Verduras como la cebolla, el ajo o la patata, entre otras. La cebolla y el ajo contienen tiosulfato, mientras que la patata es rica en solanina. Ambas sustancias son tóxicas para los gatos. Evita también los tomates (tienen tomatina, también tóxica) y los puerros.
- Frutos secos. Son alimentos con demasiada grasa y que el estómago del gato no asimila correctamente.
- Uvas y pasas. Incluso en pequeñas cantidades, pueden causarle al gato complicaciones renales. Y, por cierto, tampoco son buenas para los perros. Consulta nuestra guía sobre qué frutas pueden comer los perros.
- Comida para perros. La comida para perros no satisface las necesidades nutricionales de los gatos, por lo que su consumo puede acabar generándoles serios problemas de salud. El mejor ejemplo es un aminoácido llamado taurina, imprescindible para los gatos, pero ausente en los alimentos para perros.
Tan importante como saber qué comida darle a un gato es tener claro cuál no es posible darle. Hay alimentos que pueden ser perjudiciales o incluso tóxico para los felinos.

¿Cuántas veces al día come un gato y a qué horas?
Una de las dudas más frecuentes de los dueños de un gato, o de los que introducen en casa un segundo gato de diferente edad, es cuántas veces al día comen estos animales y a qué horas:
- En el caso de los cachorros, lo recomendable es entre 4 y 6 comidas diarias hasta que cumplan seis meses. Los gatitos, que están en pleno proceso de desarrollo, necesitan un considerable aporte diario de proteínas y grasas.
- Los gatos adultos pueden realizar un número de tomas variable en función de su apetito, características (esterilización, enfermedades, etc.) nivel de actividad física y tipo de alimento. Lo habitual suele ser entre 2 y 3 comidas al día, pero te recomendamos fijarte sobre todo en las cantidades.
- Los gatos mayores seguirán realizando el mismo número de tomas que durante los años anteriores. No obstante, necesitarán una comida adaptada a las necesidades específicas de la etapa de la vida en la que se hallan.

En cuanto al tiempo entre tomas, lo ideal es dejar que pasen entre 6 y 8 horas.
No es una recomendación exacta, y en realidad todo depende de las necesidades de tu gato y el número de raciones que le des. En cualquier caso, deberían pasar varias horas entre una comida y la siguiente.
Lo más importante, de todos modos, es que acostumbres a tu gato a una rutina de comidas concreta y la sigas siempre que sea posible. Es la mejor forma de evitar tanto sobrealimentarlo como, en el otro extremo, causarle ansiedad por tener hambre.
Ten en cuenta también que muchos gatos son capaces de gestionar sus comidas por sí mismos. En esos casos bastará con dejarles la ración del día en el comedero para que acudan cuando quieran (lo que harán muy a menudo para comer en pequeñas cantidades).

Cuánto come un gato: ¿qué cantidad de comida es la normal?
Para saber cuánta comida darle al gato cada día lo mejor es fijarse en el aporte nutricional de cada alimento. Ese dato nos orientará mucho mejor que si pensamos solo en cantidades.
Por suerte, casi todos los fabricantes incluyen en sus embalajes útiles tablas orientativas. En ellas se indica la cantidad adecuada para cada gato en función de su peso, edad y si está o no esterilizado.
Es más importante fijarse en el aporte nutricional de cada alimento que en las cantidades. De todos modos, fíjate en las tablas orientativas de cada fabricante.
Según la calculadora online de la Pet Nutritional Alliance, lo recomendado para un gato de 5 kg son:
- 281 calorías si está intacto.
- 234 calorías si está esterilizado.
En cualquier caso, cualquier consejo en este sentido es meramente orientativo, ya que la cantidad real de comida, así como el aporte nutricional, deberán calcularse en función de las características específicas de cada gato, teniendo en cuenta, como decíamos antes, tamaño, estilo de vida, metabolismo y tipo de alimentación.

¿Qué comen los gatos pequeños y los gatos mayores?
Ya hemos visto que tanto los gatitos como los gatos de mayor edad tienen necesidades nutricionales diferentes, así que vamos a darte varias indicaciones clave que te orientarán sobre cómo alimentar a estos felinos en etapas tan diferentes de su vida.
Te aconsejamos, como siempre, que consultes con tu veterinario si tienes dudas acerca de cómo plantear la dieta de tu gato, y más aún si este tiene sobrepeso o sufre algún tipo de enfermedad crónica.

Comida para gatos pequeños
Durante las primeras 3 o 4 semanas, los gatitos solo deben tomar la leche de su madre. Entre la quinta y la sexta semana ya podrás empezar a introducir los alimentos húmedos; poco a poco el animal desarrollará un interés cada vez mayor por ellos.
A partir de la sexta semana, será el momento de introducir alimentos secos. Puedes mojarlos en agua para que al gatito se le haga más sencillo comerlos, pero nunca en leche (recuerda que los gatos son intolerantes).

Entre las 6 semanas y los 6 meses, más o menos, deberás alimentar al gatito numerosas veces al día (entre 4 y 6 comidas al día), con un aporte calórico creciente. En general no suele ser buena idea dejarle la comida siempre a su disposición ya desde esa edad, porque los gatos más jóvenes pueden tener problemas para controlarse.
Entre los 6 meses y el año, aproximadamente, tu gato llegará a la etapa adulta. En ese momento podrás establecer la rutina de comidas más adecuada en función de los criterios que hemos señalado anteriormente: raza, nivel de actividad física, metabolismo, posibles problemas de salud etc.

Comida para gatos mayores
Con el paso de los años, los gatos empiezan a tener necesidades nutricionales especiales. Para los gatos de mayor edad (entre 11 y 14 años), es fundamental elegir alimentos de calidad, ricos en vitaminas que refuercen su sistema inmunológico y con un alto nivel de digestibilidad.
Los gatos sénior pueden perder gusto y olfato y quizás les resulte más trabajoso masticar y tragar. Tenlo en cuenta a la hora de alimentarlos.
Para alimentar adecuadamente a tu gato sénior, ten en cuenta lo siguiente:
- Puede que le cueste más masticar y tragar. Procura cortarle la comida en trozos pequeños y blandos antes de dársela.
- Si su olfato y gusto se han debilitado, será recomendable aumentar el contenido de carne y calentar ligeramente la comida. Así estará más sabrosa y le resultará más atractiva.
- Elige comida apta para gatos sénior. Recuerda, de nuevo, hacer el cambio de una comida a otra poco a poco. Si tu gato rechaza la nueva comida, consulta con tu veterinario sobre las posibles alternativas para alimentarlo de forma adecuada.
- Tendrás que vigilar el peso de tu gato con más atención: los gatos mayores se mueven menos que los jóvenes. Esto, unido a los cambios naturales que se producen en su metabolismo, hace que engorden con mayor facilidad. La obesidad y una mala alimentación pueden causar caspa en gatos, entre muchos otros problemas de salud.
- Si tienes un gato más joven en casa, cuida de que no le robe la comida al mayor. Puede ser buena idea hacer que coman en lugares separados, por precaución.

¿Qué comen los gatos esterilizados?
Si te preguntas qué comen los gatos esterilizados, el motivo de que necesiten una alimentación especial es que muchos desarrollan una marcada tendencia al sobrepeso.
La esterilización presenta numerosos beneficios, pero también hace que el gato tenga menos actividad y modifica la producción de hormonas de su organismo. Además, muchos gatos esterilizados también tienen mayor apetito.
Los gatos esterilizados tienden a ser un poco más perezosos que los intactos, y también tienen más apetito. Hay que tener cuidado al alimentarlos para que no desarrollen sobrepeso.

La clave con los gatos esterilizados está, pues, en controlar las ingestas de comida para evitar sobrealimentarlos.
Es muy recomendable escoger alimentos específicos para este tipo de gatos, que sean ricos en proteínas y sin cereales. También los piensos de dieta y los que son ricos en L-carnitina (un aminoácido que genera sensación de saciedad y ayuda a que la grasa se convierta en energía) son muy buenas opciones.
Paralelamente, hay que procurar que el felino siga haciendo ejercicio con regularidad, con ratos de juego frecuentes y uso juguetes para gatos que lo mantengan estimulado física y mentalmente.