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Mi gato bebe mucha agua: ¿es normal o tiene algún problema?
Mi gato bebe mucha agua, qué raro… ¿Te suena familiar? Los felinos no destacan precisamente por beber demasiado, así que cuando ves que tu gato bebe y orina más de lo habitual, es normal que te preocupes. En general, que una gato comience a beber más (un trastorno conocido como polidipsia) puede considerarse una señal de que tiene algún problema.
Por supuesto, puede que de forma puntual un gato beba más de lo que acostumbra cuando el tiempo es cálido o si ha hecho mucho ejercicio físico. Pero la situación más frecuente suele ser la contraria: a menudo tenemos que buscar la forma de que el gato consiga beber su ración de agua diaria. Es decir, de forma natural tienden a quedarse cortos más que a pasarse (enseguida te contaremos por qué).
En este artículo vamos a contarte cuál es la cantidad de agua normal que debería beber un gato cada día y qué motivos podrían hacer que tu peludo parezca más sediento que de costumbre. Si te has dado cuenta de que tu gato bebe mucha agua, es el momento de averiguar por qué.

¿Cuánta agua debería beber un gato al día?
Antes de responder a la pregunta de por qué mi gato bebe mucha agua, es necesario, por supuesto, saber cuánto beben estos animales en circunstancias normales.
Como norma general, un gato debería beber entre 60 y 80 ml de agua por kilo cada día. Así, un gato de 4 kg consumirá entre 240 y 320 ml de agua.
El consumo real varía de un individuo a otro y depende también de otros factores como la época del año, la temperatura y la alimentación. Un gato beberá más si tiene mucha actividad, come pienso seco y la temperatura es alta (consulta nuestro artículo sobre cómo saber si un gato tiene calor).
En el extremo contrario, un felino que tome comida húmeda, sea más perezoso y viva en un entorno frío consumirá una cantidad de agua significativamente menor. Por último, cabe mencionar que los gatitos y los gatos ancianos tienden a beber más que los gatos adultos.
Un gato adulto sano debería beber entre 60 y 80 ml de agua por kilo al día. Más de 100 ml por kilo puede considerarse un consumo excesivo y habría que preguntarse por qué sucede.

De todos modos, y como decíamos al principio, comúnmente asociamos a los gatos con un consumo de agua escaso y no son pocos los dueños que se las ven y se las desean para que su felino beba todo lo que debe. Es algo que nunca sucede con los perros, por ejemplo.
El motivo es que los gatos proceden, originalmente, de entornos desérticos. En ese tipo de ambiente el agua escasea y los ancestros de nuestros felinos domésticos obtenían casi toda la que necesitaban directamente de los cuerpos y fluidos de sus presas.
Pero los gatos domésticos modernos rara vez cazan y además se suelen alimentar de pienso seco, un alimento que, como su propio nombre indica, no les aporta apenas hidratación (contiene menos de un 10% de agua). Por eso, lo más habitual es que los gatos beban no más, sino menos de lo que deberían.
Por cierto: si sueles tener ese problema, no te pierdas nuestro artículo con las 5 mejores fuentes para gatos. ¡Te serán de mucha ayuda!

¿Qué se considera un consumo excesivo de agua?
Podríamos fijar en 100 ml por kg el punto a partir del que el consumo de agua del gato puede considerarse excesivo. Es decir, un gato de 4 kg no debería beber, en circunstancias normales, más de 400 ml de agua al día.
¿Cómo sé si mi gato está bebiendo más agua de lo normal?
Ya hemos mencionado que cada gato tiene sus propias necesidades y costumbres (algunos simplemente beben más que otros) por lo que más importante que tener una cantidad de agua máxima de referencia es saber cómo detectar un cambio en los hábitos de tu gato.
Lo más importante no es pensar en una cantidad de agua máxima, sino saber cómo detectar cambios en los hábitos de tu gato. Es decir, darte cuenta si empieza a beber más, lo que no siempre resulta fácil.
Para ello, sigue estas pautas:
- En primer lugar, deberías saber qué capacidad tiene el bebedero de tu gato. Si no la conoces, mídelo la próxima vez que lo rellenes. Así sabrás cuánto suele beber tu gato cada día y te darás cuenta fácilmente si empieza a beber más. Si te resulta más sencillo, puedes utilizar un bebedero con medidas incorporadas.
- El arenero del gato también te dará pistas: si empieza a ensuciarse con mayor rapidez, significará que tu mascota está orinando (y por lo tanto bebiendo) más que de costumbre. El exceso de orina se denomina poliuria.
- Si un gato bebe mucho, puede incluso que empiece a orinar fuera del arenero.
- El gato no solo vacía el bebedero, sino que incluso maúlla pidiendo más agua.
- El gato aprovecha cualquier momento para beber e incluso se acerca corriendo cuando accionas un grifo.

Ten en cuenta que, aunque el aumento del consumo de agua se deba a algún problema de salud, generalmente no es algo que se vea de un día para otro. Por eso, es importante que tengas al menos una idea aproximada de cuánto suele beber tu gato en circunstancias normales.
También hay que señalar que si tienes más de un gato y todos beben del mismo cuenco o suelen tomar agua de fuentes alternativas (vasos, tiestos, grifo, etc.), un problema de polidipsia podría pasar desapercibido.

¿Por qué mi gato bebe mucha agua y orina mucho?
Cuando finalmente detectas que tu gato está más sediento que de costumbre, llega la pregunta: ¿por qué mi gato bebe mucha agua? ¿Cuál es el problema?
Es importante entender que un consumo excesivo de agua no es realmente una enfermedad, sino una señal de que al gato le pasa algo. Entre los problemas que típicamente tienen la polidipsia y la poliuria como síntoma encontramos:
- Diabetes mellitus.
- Hipertiroidismo.
- Insuficiencia hepática.
- Hiper o hipoadrenocorticismo.
- Tumores.
- Infecciones renales, urinarias o uterinas.
- Consumo de medicamentos como corticoides o antiinflamatorios.
Un aumento del consumo de agua no es una enfermedad, sino un síntoma. Ante la duda, lleva a tu gato al veterinario, sobre todo si presenta síntomas adicionales (vómitos, diarrea, debilidad…).

Si el gato tiene alguna enfermedad o problema de salud, probablemente la polidipsia y la poliuria sean sus primeros síntomas. Así pues, es importante que ante la duda acudas a tu veterinario para que examine al animal.
Como ya hemos comentado, en muchas ocasiones el consumo anormal de agua del gato pasa desapercibido por diversos motivos. Cuando eso pasa, a la polidipsia se pueden sumar otros síntomas más graves como vómitos, falta de apetito, debilidad general, etc. Todos ellos indicarían que el problema que afecta al gato está más avanzado.
También puede suceder que el consumo excesivo de agua sea no un síntoma, sino una consecuencia de problemas de salud que causen diarrea o vómitos. En ese caso el gato estaría intentando compensar la pérdida de fluidos.