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¿Por qué puedes ver a tu gato erizado?
Ver a un gato erizado, con los pelos en punta, es algo relativamente habitual, como todos los dueños de un felino saben bien.
Lo que ya no solemos tener tan claro es qué significan esos pelos disparados hacia arriba.
¿Por qué se eriza un gato? Las dudas aumentan cuando vemos a los gatos erizados en situaciones muy diferentes entre sí, con lo que al final no tenemos claro si es una señal de agresividad, si tienen miedo, si están jugando… ¿O quizás un poco de todo?
En efecto, y como te vamos a explicar enseguida, hay diversos motivos por los que un gato puede erizarse.
Te adelantamos algo importante: el erizamiento del pelo es una reacción involuntaria, propia tanto de los gatos como de otros mamíferos. Podríamos decir que es una parte de su lenguaje corporal.
De hecho, a nosotros mismos, como mamíferos que también somos, nos sucede algo parecido: ¿recuerdas cuándo se te puso la piel de gallina por última vez?
El erizado del pelo es común a todos los mamíferos: le pasa a tu gato, a tu perro… incluso a ti mismo, cuando se te pone la piel de gallina.
Así pues, si ves a tu gato erizado, presta atención: vamos a ayudarte a identificar e interpretar las señales que te dirán cómo siente tu amigo peludo y si tiene algún tipo de problema.
¿Por qué el pelo se eriza y el gato arquea la cola y el lomo?
Antes de entrar a explicar los motivos por los que se eriza un gato, es importante entender cómo y por qué se produce el erizamiento.
Es un mecanismo físico que, además, en ciertas situaciones suele ir acompañado de unos movimientos muy característicos: la cola y el lomo del gato se arquean y casi parece que el animal se haya puesto de puntillas.
Todas estas reacciones son involuntarias, como decimos, y tienen su origen en un pasado en el que los gatos eran animales salvajes.
El objetivo de todas ellas es el mismo: al combinarse, harán que el felino parezca más grande y peligroso de lo que realmente es.
Así pues, podríamos decir que, cuando el gato siente que se aproxima una pelea, monta un pequeño teatro para intimidar a su rival y así ganar el enfrentamiento antes de que empiece.
En esa situaciones, las reacciones físicas normalmente irán acompañadas de sonidos amedrentadores como siseos y bufidos.
Si por fin el gato erizado se lanza contra su oponente, verás que camina dando pequeños saltos y poniéndose de lado: en todo momento intenta parecer grande, imponente y amenazador.
Por supuesto, esto no significa que un gato erizado sea siempre sinónimo de conflicto, ni mucho menos, ¡no te preocupes!
De hecho, los gatos domésticos que han sido bien educados y socializados desde pequeños rara vez mostrarán tal nivel de agresividad.
Los gatos evolucionaron como depredadores: originalmente, erizar el pelo y arquear el lomo era una forma de mostrarse más peligrosos e intimidantes.
Pero sí: uno de los motivos por los que incluso los gatos más tranquilos podrían erizarse es, precisamente, sentirse amenazados, tener miedo.
Se trata, al final, de una respuesta instintiva ancestral; no en vano, los gatos evolucionaron para ser depredadores y atacar a otros animales.
El responsable del erizamiento: el músculo erector del pelo del gato
A nivel físico, lo que le sucede a un gato erizado es que se ha puesto en marcha el llamado músculo erector del pelo.
Es una parte del cuerpo sobre la que el animal no tiene control consciente y que se contrae para elevar los folículos capilares en diversas situaciones.
A esta interesante función corporal se la denomina piloerección. Es una de las muchas curiosidades sobre los gatos que podemos encontrar en su cuerpo.
Como ya hemos explicado, tu gato no puede decidir erizar el vello, como tampoco lo puede hacer tu perro (porque sí, los perros también se erizan) ni puedes tú mismo. Es una respuesta fisiológica automática.
En realidad, ¿no sería genial poder decidir que NO se nos ponga la piel de gallina en ciertas situaciones? 😂
Gato erizado: los 5 motivos más habituales por los que pasa
1. El gato se eriza como mecanismo de defensa
Como comentábamos en el apartado anterior, el primer motivo por el que podrías ver a tu gato erizado es porque se siente amenazado y quiere defenderse.
En esa una situación así, sus instintos salvajes salen a flote.
Para ello, el gato eriza el pelo y aquea la cola y el lomo para aparentar que es más grande de lo que realmente es. Puede que incluso bufe y levante las patas delanteras amenazando con arañar.
Tu gato podría erizarse por esta razón si, por ejemplo, no está acostumbrado a ver a otros gatos y justo has decidido adoptar uno nuevo.
También podría pasar si no está socializado con perros y se topa con uno, o si es un gato especialmente miedoso o territorial y tienes visitas en casa.
2. Gato erizado por frío
Tu gato también puede erizarse simplemente porque tiene frío.
La melena del gato es lo que le ayuda a mantener el calor corporal, así que, en caso de que en un momento dado no sea suficiente, erizar el pelo es la forma de aumentar un poco su efecto aislante.
Si tu gato se eriza mientras está tranquilamente tumbado o hecho una bola, sin dar ninguna señal de miedo o estrés, el motivo será, con toda probabilidad, el frío.
Te recomendamos abrigarle, ponerlo a tu lado un rato o aumentar la temperatura de la vivienda, sobre todo si es un gato de edad avanzada.
Si vives en una zona muy fría y tu gato se eriza a menudo, quizás podría interesarte comprarle una manta para gatos térmica. Se convertirá en su nuevo rincón favorito de la casa 😻
3. El gato se eriza por a causa de un susto o sobresalto
Las sorpresas bruscas, los ruidos estridentes y, en general, cualquier tipo de susto o sobresalto también pueden hacer que un gato se erice, sobre todo en el caso de los ejemplares especialmente miedosos o nerviosos.
Este motivo está muy relacionado con el primero: el erizamiento del pelo como respuesta a una posible agresión.
El gato se eriza y pone todos sus sentidos alerta para prepararse para cualquier cosa que pueda suceder.
Incluso si tu gato es equilibrado, siempre será importante evitar, en la medida de lo posible, las situaciones que puedan causarle ansiedad:
- Déjale su espacio, como animal independiente que es.
- Proporciónale un entorno seguro y estimulante.
- Respeta sus rutinas.
4. Gato erizado por estar enfermo o sentir malestar
Una enfermedad es otra posible causa por la que podrías ver a tu gato erizado.
En este caso, y dependiendo del tipo de problema de salud, el erizamiento podría estar relacionado con:
- Fiebre: muchas enfermedades de los gatos causan fiebre, a veces acompañada de escalofríos, temblores o pequeños espasmos y, como consecuencia, erizamiento del pelo.
- Estrés: es decir, el erizamiento del pelo como una respuesta física al estrés del gato ocasionado por la enfermedad.
- Falta de higiene: si el gato se siente desganado, puede no tener energía suficiente para continuar con sus rutinas diarias de acicalamiento. Cuando eso sucede, el pelo muerto se acumula y la melena puede erizarse.
Si ves a tu gato erizado sin motivo aparente, permanece atento ante otras posibles señales típicas de una enfermedad como apatía, falta de apetito, fiebre o maullidos excesivos por la noche, entre otras.
Si no tienes claro lo que le sucede, llévalo cuanto antes a tu veterinario de confianza. Siempre es mejor prevenir.
Ah, y si tu peludo ha estado enfermo alguna vez y has sufrido para conseguir que se tome sus medicinas, échales un vistazo a estos 5 trucos para darle una pastilla a un gato. Seguro que te ayudan 😉
5. El gato tiene la cola erizada jugando
Si se le eriza la cola o el cuerpo mientras estás jugando con él o haciéndole rabiar con sus juguetes para gatos favoritos, en principio no deberías preocuparte.
Es la misma reacción física que cuando el gato se siente amenazado, solo que en este caso se debe a la descarga de adrenalina propia del juego. El gato se eriza, se lanza sobre ti, lanza zarpazos suaves…
En otras palabras: el gato “finge” sentirse amenazado y luchar durante la emoción del juego. Es similar a cuando un perro gruñe mientras pelea con su dueño por su juguete favorito.
Sin embargo, es importante saber interpretar bien las señales que envía tu gato y entender su lenguaje corporal, de forma que tengas claro cuándo es el momento de jugar, cómo le gusta hacerlo y, sobre todo, cuándo ha llegado la hora de parar.
Así evitarás que el erizamiento por el juego se convierta en un erizamiento real debido al estrés.
Entendiendo el lenguaje corporal del gato para relacionarte mejor con él
Ya sea que tu gato está erizado, que se le arquea la cola cuando te ve, que te sigue a todas partes, que no deja de maullar…
Haga lo que haga en cada momento, el hecho es que tu gato tiene su propio lenguaje, su forma de expresar sus necesidades, lo que le gusta y lo que no.
Prestarle atención e intentar entender la situación es fundamental para mantenerlo contento y mejorar tu relación con él.
Así pues, la próxima vez que veas a tu gato erizado, piensa en el contexto, estudia el resto de sus reacciones y señales y comprenderás lo que intenta decirte: emoción por el juego, miedo, ansiedad, amenaza, malestar… ¡Obsérvale bien y lo sabrás!
