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Conjuntivitis en perros: todo lo que debes saber sobre una afección muy común en los canes
La conjuntivitis en perros es una enfermedad ocular que puede presentarse de forma aislada o ser un síntoma de otro tipo de problema. Es uno de los motivos más frecuentes por los que podemos ver que los ojos de un perro están anormalmente rojos, llorosos o llenos de legañas.
Esta afección, que suele ser dolorosa y muy molesta para el perro, puede tener varias causas y afectar a un solo ojo o a los dos. Normalmente es fácil de tratar y no deja secuelas, pero, como sucede con todas las enfermedades de los perros, es importante detectarla a tiempo y, sobre todo, seguir un tratamiento adecuado.
En este artículo vamos a explicarte todo lo que necesitas saber sobre la conjuntivitis canina para que aprendas a identificarla y sepas cómo ayudar a tu perro si en algún momento confirmas que tiene conjuntivitis.

¿Qué es la conjuntivitis en perros?
La conjuntivitis en perros es la inflamación de la conjuntiva del ojo, una membrana protectora transparente que recubre la esclera (la parte blanca del ojo) y la cara interior de los párpados. Enrojecimiento, lagrimeo y secreción son las principales señales de esta enfermedad.
Hablamos de conjuntivitis unilateral cuando afecta a un solo ojo y bilateral cuando la inflamación se produce al mismo tiempo en los dos. En ese sentido, hay que señalar que con frecuencia la conjuntivitis se presente de forma unilateral y posteriormente se traslada al otro ojo.
La conjuntivitis puede presentarse de forma aislada por varias causas (enseguida hablaremos de ellas), pero no es raro que sea un síntoma o consecuencia de otra enfermedad.
La conjuntivitis canina puede aparecer de forma aislada o estar asociada a otra enfermedad más grave. Presta atención a los síntomas de tu perro para comunicárselos al veterinario.

Tipos de conjuntivitis en perros
Dependiendo de las causas y los síntomas, distinguimos entre seis tipos de conjuntivitis canina:
- Conjuntivitis alérgica: la conjuntiva se inflama como una reacción ante algún alérgeno, como polen, ácaros, plantas, picaduras (como la de oruga procesionaria, por ejemplo), sustancias químicas, etc. Esta conjuntivitis no se contagia y normalmente desaparece en pocos días, cuando desaparece la sustancia que la provoca.
- Conjuntivitis vírica: este tipo de conjuntivitis, que sí es contagiosa, se produce como consecuencia de algún tipo de virus, como el del moquillo en perros, la papilomatosis canina (que también causa verrugas en perros) o la hepatitis. Su tratamiento es más complicado, sobre todo si es un síntoma de otra enfermedad más grave.
- Conjuntivitis bacteriana: no suele ser consecuencia directa de una enfermedad, sino que se presenta como una infección oportunista aislada cuando el sistema inmunológico del perro está debilitado por enfermedades como la parvovirosis canina. También es contagiosa.

- Conjuntivitis por cuerpos extraños: se trata de la inflamación de la conjuntiva por la entrada en el ojo de pelos, polvo, ramitas, etc. Al no haber virus ni bacterias, no hay posibilidad de contagio. El problema desaparecerá cuando se extraiga el cuerpo extraño del ojo del perro.
- Queratoconjuntivitis canina o síndrome del ojo seco: es un tipo diferente de conjuntivitis que se produce por una alteración en la película de lágrimas que recubre el ojo o una producción de lágrimas deficiente. La producen enfermedades autoinmunes o afecciones como el moquillo o la leishmaniosis canina. Es una enfermedad sin cura definitiva que requiere tratamiento de por vida.
- Conjuntivitis traumática: se produce por un golpe o lesión que afecta al ojo. El pronóstico de este tipo de conjuntivitis y sus posibles secuelas dependen de la gravedad del traumatismo. En ocasiones estas lesiones provocan cataratas.

Causas de la conjuntivitis canina
Como ya hemos visto en el apartado anterior, esta enfermedad puede tener varias causas diferentes:
- Alergias.
- Entrada en el ojo de un cuerpo extraño.
- Infecciones víricas o bacterianas.
- Por último, puede ser síntoma de una enfermedad más grave: moquillo, leishmaniosis, hepatitis, etc.
La conjuntivitis puede ser causada por una alergia o un cuerpo extraño en el ojo, pero también por el moquillo, la leishmaniosis y otras enfermedades graves.
Generalmente, las conjuntivitis caninas que afectan a los dos ojos suelen indicar que existe algún tipo de problema subyacente (infecciones, alergias…). En cambio, una conjuntivitis en un solo ojo se producirá de forma más habitual por la entrada de un cuerpo extraño o algún problema similar.
Sin embargo, hay que recordar que no es infrecuente que la conjuntivitis empiece en un solo ojo y después salte al otro. Así pues, ante el menor indicio de que tu perro tiene conjuntivitis (fíjate en los síntomas que te mencionaremos en el siguiente apartado), lo más recomendable será consultar directamente al veterinario para que este identifique el problema.

Conjuntivitis en perros: síntomas más habituales
La clave para detectar la conjuntivitis canina es fijarse en los síntomas que presenta el perro. Los más comunes son los siguientes:
- Enrojecimiento de la esclerótica.
- Lagrimeo excesivo.
- Picor constante que hará que tu perro no deje de rascarse. Es importante que lo evites, ya que podría hacerse daño en los ojos con las uñas.
- Blefaritis o inflamación del párpado, que verás hinchado y medio cerrado.
- Fotofobia: el perro evitará entrar en lugares con mucha luz y cerrará los ojos si se le obliga a hacerlo.
- Legañas o costras.
- En algunos casos, estornudos y secreción nasal.
- Secreciones purulentas de color amarillo o verdoso, en los casos más graves de conjuntivitis canina infecciosa.
Ten en cuenta que el perro podría presentar inicialmente solo uno o varios de estos síntomas e ir desarrollando los demás con el paso de tiempo: todo dependerá del tipo de conjuntivitis que tenga.
La mayor parte de las conjuntivitis son sencillas de tratar, pero, como señalábamos, es importante acudir al veterinario lo antes posible.

¿La conjuntivitis en perros se contagia a humanos? ¿Y entre perros?
Las conjuntivitis vírica y bacteriana en perros son muy contagiosas entre ellos, por lo que, si uno de tus peludos está afectado, deberás aislarlo de los demás hasta que la enfermedad remita.
El contagio a humanos también es posible, pero improbable: todo depende del tipo de bacteria o virus que haya afectado al perro y del estado de tu propio sistema inmunológico. En cualquier caso, es recomendable que seas precavido al manipular a tu perro mientras siga afectado por la conjuntivitis y, sobre todo, que extremes las medidas de higiene.
Las conjuntivitis víricas y bacterianas son contagiosas entre perros. El contagio a humanos es posible, pero muy improbable.

Tratamiento de la conjuntivitis canina
La mayor parte de las conjuntivitis caninas son fáciles de curar. Si no existe ninguna enfermedad subyacente, el tratamiento (previa extracción del cuerpo extraño, si lo hay) consistirá en limpiar el ojo del perro con gasas estériles y suero fisiológico varias veces al día, siempre con mucha delicadeza, y seguir observando la evolución de los síntomas.
Para combatir las conjuntivitis de origen alérgico normalmente se administrarán medicamentos antihistamínicos. Por supuesto, también deberás mantener al animal alejado de lo que le produce la reacción alérgica.
En el caso de las conjuntivitis de tipo vírico y bacteriano, el veterinario probablemente le recetará a tu perro antibióticos en forma de crema o gotas. La frecuencia de administración y la duración del tratamiento podrán variar según la gravedad de cada caso.
La mayor parte de las conjuntivitis caninas se trata bien y desaparecen en unos pocos días, pero no corras riesgos: que el veterinario examine a tu perro cuando aparezcan los síntomas.
Nunca le administres a tu perro gotas u otros medicamentos hechos para humanos, sobre todo si no tienes claro el origen de la conjuntivitis: podrías acabar empeorando sus síntomas o produciéndole otros problemas de salud.

Remedios caseros para curar la conjuntivitis en perros
Lo primero que debemos entender es que los remedios caseros para la conjuntivitis en perros pueden aliviar los síntomas del animal y acelerar su recuperación en los casos leves de conjuntivitis alérgicas o por cuerpos extraños, pero no curarán la enfermedad si tiene otro origen. Los remedios caseros en ningún caso pueden reemplazar al tratamiento indicado por el veterinario.
Las soluciones más recomendadas para la conjuntivitis en perros son infusiones de plantas como la manzanilla, el tomillo o la caléndula, que se distinguen por tener propiedades antiinflamatorias, desinfectantes o calmantes.
Todos estos tratamientos caseros se administran de la misma forma: una vez preparada la infusión, se deja reposar y enfriar y se aplica por medio de una gasa estéril (mójala solo un poco, lo justo para aplicar el remedio). Si los dos ojos están afectados, deberás usar una gasa diferente para cada ojo.
Para bajar la irritación y aliviar el picor, puedes utilizar también compresas frías y tibias. Aplícalas sobre el ojo afectado de forma alternativa, dejando actuar cada una de ellas durante unos pocos minutos. De nuevo, recuerda cambiar de compresa si los dos ojos están afectados.

¿Cuánto dura la conjuntivitis canina?
La duración de la conjuntivitis canina es difícil de determinar, ya que todo depende de cuál sea la causa.
Por ejemplo, las conjuntivitis alérgicas y por cuerpos extraños, así como las conjuntivitis traumáticas leves, pueden desaparecer (incluso de forma espontánea) en un período de tiempo tan corto como 24 – 48 h.
En cambio, una conjuntivitis vírica o bacteriana podría durar mucho más tiempo, hasta una o dos semanas, mientras el tratamiento va haciendo efecto.
Lo más importante es seguir los consejos del veterinario y no interrumpir el tratamiento que te haya indicado, ni siquiera aunque el perro haya empezado a mejorar con rapidez o, en el caso contrario, si no ves ningún cambio en sus síntomas.