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Guía sobre los parásitos externos de los perros y cómo evitarlos
Los parásitos externos de los perros siempre son molestos, desde luego, pero cuando llega el calor se convierten en una amenaza más continua e insidiosa.
Y es que los ectoparásitos o parásitos externos caninos medran con las altas temperaturas, así que es en primavera y verano cuando debemos extremar las precauciones y revisar con regularidad a nuestros amigos peludos.
Este tipo de parásitos pueden parecer menos peligrosos que los internos, pero no hay que subestimarlos.
Las garrapatas, las pulgas, los mosquitos y otras criaturas similares pueden causar problemas que van más allá de una simple picadura. De hecho, muchos de estos parásitos son vectores de enfermedades tan graves como, por ejemplo, la leishmaniosis canina y el gusano del corazón o dirofilariosis.
Para ayudarte a proteger a tu can de estos pequeños animales, en este artículo te traemos un listado completo con todos los parásitos externos de los perros que debes conocer. Te contaremos cómo son, cómo pueden afectar a tu perro y qué medidas tomar para prevenir sus picaduras o para eliminarlos.
¿Cuáles son los parásitos externos de los perros?
Ácaros

Los ácaros son un subgrupo de arácnidos de tamaño microscópico ampliamente distribuidos por todos los ecosistemas del mundo. Son animales que presentan una gran diversidad, pero muchos de ellos se han especializado para convertirse en ectoparásitos. Estos ácaros viven en la piel de su huésped, en este caso el perro, y se aprovechan de él para completar su ciclo biológico.
En los perros, los ácaros son los causantes de un tipo de dermatitis en perros conocido como sarna. Dependiendo del ácaro que afecte al perro distinguimos entre:
- Sarna sarcóptica, producida por el ácaro Sarcoptes scabiei o ácaro de la sarna.
- Sarna demodécica o sarna roja, causada por el ácaro Demodex canis.
- Sarna notoédrica, causada por el ácaro Notoedres cati. Puede darse en perros, pero es más común como causa de la sarna felina.
- Sarna cheyletiella o enfermedad de la caspa andante, provocada por el ácaro Cheyletiella spp.
- Sarna otodéctica, causada por el ácaro Otodectes cynotis. También es más común en felinos.
- Sarna pneumonyssoides, una variante poco frecuente causada por el ácaro Pneumonyssoides caninum.
Los ácaros son arácnidos microscópicos distribuidos por todo el mundo. Muchos de ellos son parásitos y en el caso de los perros son los causantes de una enfermedad muy conocida: la sarna.

Cada tipo de sarna tiene sus propias peculiaridades, así que te recomendamos consultar nuestro artículo dedicado a la sarna en perros para conocer esta enfermedad con mayor detalle.
Es importante tener en cuenta, en cualquier caso, que la sarna es una enfermedad muy contagiosa y algunas de sus variantes pueden llegar a contagiarse a los humanos. Por lo tanto, ante la menor sospecha de que un perro puede haber contraído la sarna, lo más aconsejable es extremar las precauciones y llevarlo cuanto antes al veterinario.
Algunos ácaros también pueden llegar a causar conjuntivitis canina.
Garrapatas

Contrariamente a lo que se suele creer, las garrapatas no son insectos, sino arácnidos. De hecho son un tipo de ácaro, pero las hemos situado en una categoría aparte porque son uno de los parásitos externos de los perros más frecuentes, además de por los problemas específicos que plantean.
Las garrapatas son ectoparásitos hematófagos: cuando alcanzan a su víctima, desgarran la piel con unos apéndices especiales, se introducen parcialmente en la piel para alimentarse y se mantienen aferradas con fuerza.
Existen garrapatas duras (Ixodidae) y blandas (Argasidae) y en ambas familias hay numerosas subespecies y variantes. La más común en España es la Ixodes ricinos o garrapata común.

Las garrapatas viven en las zonas de hierba alta, sobre todo en entornos rurales, y se agarran a cualquier animal que pase por su lado. Pueden pasar meses sin alimentarse mientras esperan a su próximo huésped.
La mayor parte de las garrapatas son inofensivas, pero algunas de ellas pueden transmitir graves enfermedades: borreliosis canina o enfermedad de Lyme, encefalitis transmitida por garrapatas, anemia, anaplasmosis, hepatozoonosis, babesiosis y más.
No hay ninguna medida que sea totalmente efectiva para prevenir las garrapatas, pero estos consejos te ayudarán mucho:
- Evita que tu perro entre en zonas de hierba alta y no le dejes acercarse a animales de ganado.
- Lava y cepilla a tu perro con regularidad, y en especial después de cada excursión al campo.
- Utiliza productos antiparasitarios como collares, repelentes y pipetas. Combínalos para una mayor eficacia.
Y por si en algún momento tu peludo se trae a casa a uno de estos molestos invitados, consulta nuestro artículo sobre cómo quitar una garrapata a un perro.
La mayor parte de las garrapatas son inofensivas, pero algunas pueden transmitir enfermedades graves: enfermedad de Lyme, encefalitis y muchas otras.
Pulgas

La pulga es seguramente uno de los parásitos externos de los perros más conocidos. Son insectos hematófagos de pequeño tamaño, con cuerpos muy resistentes y capaces de saltar hasta 200 veces la longitud de su cuerpo.
En Europa encontramos principalmente dos subespecies de pulga: la Ctenocephalides canis o pulga del perro y la Ctenocephalides felis o pulga del gato. Pese a sus nombres, ambas pican indistintamente a perros y gatos. Pueden transmitir enfermedades como la dermatitis alérgica a la picadura de la pulga (DAPP), la bartonelosis o la tenia.
Las pulgas prosperan en entornos cálidos y con alto porcentaje de humedad. En Europa son una plaga típica de los meses de verano, pero Sudamérica y otras partes del mundo pueden afectar a los perros en cualquier momento del año.

La presencia de pulgas puede descubrirse bien por sus síntomas (rascado constante, piel enrojecida, costras, etc.), bien por sus desechos y huevos.
Las pulgas pueden ser difíciles de eliminar, ya que hay que acabar no sólo con los ejemplares adultos, sino también con huevos, larvas y pupas. Además, los remedios caseros no son eficaces contra estos parásitos.
Si quieres saber cómo eliminar de forma eficaz las pulgas y prevenir su reaparición, consulta nuestro artículo sobre las pulgas en perros.
Mosquitos y flebótomos

Los mosquitos son insectos hematófagos que se alimentan de los seres humanos, los perros y muchos otros tipos de animales. Cabe señalar que en realidad no todos los mosquitos se alimentan de sangre, pero las variedades que lo hacen son las más conocidas.
Los flebótomos, por su parte, son un tipo de mosquito más pequeño (apenas 3 mm de longitud) que destacan principalmente por ser transmisores de la leishmaniosis canina. Otros mosquitos pueden transmitir también el gusano del corazón o dirofilariasis canina.
Así pues, el problema con los mosquitos no es tanto su picadura (algunos perros son alérgicos a ella, pero esto es muy poco frecuente) como las graves enfermedades que pueden transmitir a los perros.
Los mosquitos y flebótomos son peligrosos no por la picadura en sí, sino porque transmiten enfermedades graves como la leishmaniosis canina o el gusano del corazón.

La forma más eficaz de prevenir las picaduras de los mosquitos es, de nuevo, mediante el uso de productos antiparasitarios como pastillas, pipetas, collares y similares. Otras medidas de prevención que puedes tomar son:
- Instalar mosquiteras en las puertas y ventanas de casa, en especial si vives en zonas especialmente calurosas o cerca del agua.
- Vacía y limpia con regularidad todos los recipientes que puedan acumular agua, como macetas, tarros, etc.
- En las zonas con mayor presencia de mosquitos evita pasear a tu perro a primera hora de la mañana o durante el crepúsculo, ya que son los momentos de mayor actividad de estos parásitos.
Moscas del establo

La mosca del establo o mosca picadora (Stomoxys calcitrans) es otro de los parásitos externos de los perros, aunque sus víctimas habituales son los animales de ganado. Es físicamente parecida a la mosca común y, como su nombre sugiere, abunda sobre todo en entornos rurales.
Estas moscas son hematófagas y suelen picar a los perros en zonas como el hocico, las patas o las orejas. Su picadura es muy dolorosa, a lo que se añade el problema de que las moscas hembra pueden depositar sus huevos en el cuerpo del huésped para que las futuras larvas se alimenten de él.
Los métodos antiparasitarios eficaces contra otros parásitos, y que ya hemos mencionado, también lo son frente a la mosca del establo. En cualquier caso, si un perro llega a ser picado, lo más recomendable es lavar la picadura con abundante agua limpia y acudir de inmediato al veterinario.
Piojos

Los piojos se convierten con cierta frecuencia en parásitos externos de los perros, aunque indudablemente no tanto como las garrapatas, las pulgas o los mosquitos. Hay principalmente tres especies de piojos que pueden afectar a los canes:
- Trichodectes canis: es un piojo que se alimenta de restos de piel y secreciones. No tiene efectos negativos en el huésped, salvo cuando se reproduce en grandes cantidades, pero puede transmitir la tenia del perro o Dipylidium caninum. Es poco común en países occidentales y sólo suele verse en perros callejeros o muy descuidados.
- Linognathus setosus: un piojo que se alimenta de sangre y pica principalmente en cabeza, cuello y tórax.
- Heterodoxus spiniger: un piojo muy poco frecuente en Europa, pero peligroso porque puede transmitir la tenia y la Dipetalonema reconditum.

Más allá de la posible transmisión de parásitos internos, los piojos sólo son realmente peligrosos cuando la infestación es excesiva. En esos casos el perro puede sufrir anemia y hasta acabar desarrollando otros problemas como la tiña en perros y similares, causados por hongos u otros parásitos oportunistas.
Los piojos son peligrosos sólo cuando la infestación es excesiva. En ese caso pueden provocar anemia, además de dejar al perro expuesto frente a otros parásitos e infecciones.
Los piojos pueden eliminarse con champús antiparasitarios (que deberán ser recetados siempre por el veterinario), combinados con el uso de collares, pipetas, etc.
Si en algún momento tu perro coge piojos, puedes estar tranquilo: no va a poder contagiártelos. Los piojos que afectan a los perros son diferentes de los que nos infestan a nosotros, por lo que no existe riesgo de transmisión.

¿Cómo prevenir los parásitos externos en perros?
Como hemos comentado a lo largo de este artículo, no existe ningún método que sea 100% efectivo a la hora de prevenir todos los parásitos externos en perros. Sin embargo, puedes reducir mucho el riesgo de que tu peludo se vea afectado por ellos siguiendo estos consejos:
- Cuida la higiene de tu perro. Báñalo y cepíllalo con regularidad y considera la posibilidad de utilizar champús especiales y productos repelentes si vais al campo con regularidad.
- Durante los paseos, evita siempre que sea posible que tu perro se acerque a animales de ganado, zonas con aguas estancadas y zonas con hierba alta.
- Revisa cuidadosamente el pelo de tu perro tras cada excursión al campo para asegurarte de que no hay parásitos adheridos.

- Cuida la alimentación de tu perro y sigue de forma estricta su calendario de vacunación.
- Mantente atento ante posibles cambios en el comportamiento de tu perro o cualquier síntoma que pueda indicar que tiene parásitos: rascado excesivo, nerviosismo, zonas sin pelo en el cuerpo, costras, piel enrojecida, etc.
- Utiliza productos antiparasitarios como collares, pipetas, espráis, pastillas, etc. Si tienes dudas sobre su uso, consulta con tu veterinario.
Te recomendamos consultar también nuestro artículo sobre cómo prevenir los parásitos internos de los perros.